Justo Luis González
Historiador preeminente, autor prolífico, mentor generoso, líder servidor. Tanto sus contribuciones a la educación teológica como el ánimo y apoyo a los académicos y la iglesia hispana no pueden ser exagerados. Su vida y su obra enriquecen profundamente a los estudiantes, educadores y laicos/as en los seminarios y en las congregaciones de todo el mundo.
Nació en La Habana, Cuba. Hijo de la Dra. Luisa García Acosta y del Profesor Justo González Carrasco. Estudió en el Seminario Unido en Cuba y luego en la Universidad de Yale, donde recibió su maestría y su doctorado, siendo la persona más joven en obtener el doctorado de teología histórica en Yale.
Se unió a la facultad del Seminario Evangélico de Puerto Rico en Río Piedras durante ocho años y luego a la Escuela de Teología Candler por otros ocho años en Atlanta, Georgia. Ha impartido clases en el Seminario Teológico de Columbia en Decatur, Georgia, y del Centro Teológico Interdenominacional en Atlanta. Usted ha sido un orador frecuente en las escuelas, iglesias y conferencias a lo largo de los EE.UU. y América Latina.
El alcance de su trabajo es completamente ecuménico, mientras que la Iglesia Metodista Unida ha sido su hogar espiritual. Sus libros de texto de dos tomos: La Historia del Cristianismo y de tres tomos: La Historia del Pensamiento Cristiano se utilizan en los seminarios y las universidades en varios países. Ud. ha escrito mucho más libros, incluyendo dos escritos junto con su esposa, Dr. Catherine Gunsalus González.
Fundó el Programa Hispano de Verano, la Asociación para la Educación Teológica Hispana ha establecido un centro de recursos que ahora lleva su nombre y la Iniciativa Teológica Hispana para aumentar el número de estudiantes en la educación teológica. Usted ha hecho más para fomentar la educación teológica en la comunidad hispana – los teólogos y laicos – que cualquier otra persona.
Su " corazón de siervo " se extiende a la de acomodar sillas para una conferencia, a escribir cartas de recomendación para el profesorado aspirante hasta la edición deApuntes, una revista bilingüe en teología y ministerio por veinte años. En su tiempo libre, su corazón pertenece a los Bravos de Atlanta.
En reconocimiento a sus grandes logros y toda una vida en la defensa y el compromiso con la educación teológica, tenemos el honor de otorgarle el grado de Doctor Honoris Causa en Divinidad.
Austin, Texas 13 de mayo de 2014
Preeminent historian, prolific author, generous mentor, servant leader. Your contributions to theological education cannot be overstated, nor can your encouragement and support of scholars and the Hispanic church. Your life and work deeply enrich students, educators and lay people in seminaries and in congregations across the globe.
Born in Havana, Cuba, to Dr. Luisa García Acosta and Professor Justo Gonzalez Carrasco, you attended United Seminary in Cuba followed by Yale University where you received your M.A. and your Ph.D., being the youngest person to earn the historical theology doctorate at Yale.
You joined the faculty at the Evangelical Seminary of Puerto Rico in Rio Piedras for eight years followed by eight years at Candler School of Theology in Atlanta, Georgia. You have taught at Columbia Theological Seminary in Decatur and at the Interdenominational Theological Center in Atlanta. You have been a frequent lecturer at schools, churches, and conferences throughout the U.S. and Latin America.
The scope of your work is thoroughly ecumenical while The United Methodist Church has been your spiritual home. Your two-volume textbook, The Story of Christianity and your three volume History of Christian Thought are used in seminaries and universities in a number of countries. You have written several more books including two co-authored with your spouse, Dr. Catherine Gunsalus González.
You founded the Hispanic Summer Program, the Association of Hispanic Theological Education, which established a resource center that now bears your name, and the Hispanic Theological Initiative to increase the number of scholars in theological education. You have done more to foster theological education in the Hispanic community—for theologians and for lay people–than any other person.
Your “servant’s heart” extends to setting up chairs for a conference to writing letters of recommendation to aspiring faculty to editing Apuntes for twenty years, a bilingual journal in theology and ministry. In your downtime, your heart belongs to the Atlanta Braves.
In recognition of your tremendous achievements and your lifetime of advocacy and commitment to theological education, we are honored to award you the Doctor of Divinity, honoris causa.